Según uno de nuestros estudios, el fenómeno del ‘rage applying’ o enviar el CV de manera masiva tras una mala experiencia en el trabajo, es algo cada vez más común que ya ha hecho el 63% de los encuestados. De estos, el 16% declaran que la razón principal es tener un desacuerdo con su superior, y el 15% que es debido a un exceso de carga de trabajo.

Es un hecho que el liderazgo tóxico puede tener efectos perjudiciales en la salud mental de los integrantes del equipo. Crea un ambiente negativo que se propaga rápidamente y que hace que disminuya la productividad y el sentimiento de pertenencia a la compañía.

Partiendo de esta premisa, Fabián Tesorero, Head of Walters People Barcelona, analiza cuáles son las razones por las que un trabajador se plantea cambiar de trabajo y cuáles son las consecuencias que un liderazgo tóxico puede conllevar.

82% de los profesionales afirma haber sufrido en algún momento el síndrome del trabajador quemado

Al 65% de los profesionales les gustaría ofrecer un feedback anónimo sobre sus responsables, pero solo un 46% de las organizaciones ponen a su disposición esta opción. Así lo recoge la Guía para Combatir el Síndrome del Burnout elaborada por el Grupo Robert Walters. Esta guía también recoge que 8 de cada 10 profesionales afirma haber sufrido en algún momento el síndrome del trabajador quemado.

“En Walters People, una gran parte de candidatos que acuden a nosotros activamente para cambiar de empleo lo hace debido a que la situación que viven en su empresa es inestable para ellos. Por ejemplo, contar con un líder que ejerce un liderazgo tóxico hace que el resto de beneficios que pueda tener un puesto de trabajo o una organización pasen a un segundo plano”, declara Fabián.

Búsqueda de un entorno laboral saludable

El liderazgo tóxico genera empleados agotados y desmotivados. En esta situación, los responsables de recursos humanos deben reconocer las señales de descontento y poner las herramientas necesarias a su alcance para corregir cualquier actitud tóxica en el ámbito laboral.

Por otra parte, una política de puertas abiertas es importante para evitar frustraciones. El 80% de los encuestados declara que sienten que esto es importante o muy importante para ellos. Los profesionales que sienten que pueden compartir sus inquietudes o dudas son menos propensos a interiorizar sus frustraciones, por lo que de este modo se evita llegar a sentir estrés en el lugar de trabajo.

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